En estos tiempos en los que todo se ha vuelto uniforme, de serie, impersonal, es cuando tenemos que echar mano a la imaginación, para poder dar un toque especial a cualquier rincón, utilizando el color, la iluminación y por supuesto los papeles pintados.
Ya tenemos los nuevos catálogos, que vienen cargados de flores, tonos irisados, motivos geométricos y colores vivos. Pero los grises nos siguen encantando con la personalidad que aportan aunque sea sólo en una pequeña pared.
Una pared del salón, una columna, el cabecero de cama, el pasillo y por supuesto el recibidor ganarán personalidad y vida al vestirlos con papeles ricos en texturas, colores, brillo…
El recibidor es nuestra tarjeta de presentación. Es la imagen de nuestro hogar que proyectamos al exterior, la parte pública, y muchas veces no le damos la importancia que deberíamos.
En este caso, una vivienda clásica y elegante, necesitaba un papel suave pero con cuerpo, en tonos muy neutros, dibujo vegetal muy discreto y tacto aterciopelado, que enmarcase los muebles de madera oscura y el gran espejo dorado. El resultado es suave y armonioso, sin estridencias pero con un toque de exclusividad.
Empapelar la pared del cabecero de cama es un acierto seguro, si eliges los tonos que coordinen con tu dormitorio y tu estilo, y sobre todo un buen papel resistente y lavable.
El resto de las paredes pueden ir pintadas en un tono coordinado mas claro o en un color neutro de la gama de los blancos, beiges, tierras o grises.
Aquí papel pintado en tonos púrpura con mobiliario y ropa de cama blanco roto y algunos toques de plata.
Los empapelados, que hace unos años habían caído en desuso, regresaron con fuerza a la decoración imponiéndose ya como protagonistas de un ambiente e incluso como elemento central a modo de «pared exhibición».
Delicadas flores serpentean hacia lo alto de la pared. Unas veces están muy juntas, otras veces más dispersas. «El papel pintado con dibujos florales tiene una gran demanda desde hace algunos años», dice Ulrike Reich, del Instituto Alemán del Papel Pintado en la ciudad de Düsseldorf.
En los últimos años ya se veía con frecuencia el papel pintado con imágenes de prados ondulantes, hojas tiernas y flores opulentas. «En el 2013 están muy de moda, claramente, los diseños florales con óptica de acuarela», dice Reich. Además del verde manzana y el rojo coral, los diseños de color azul agua están muy solicitados, señala la experta. Las tiernas flores de inspiración asiática, que recuerdan a la porcelana china azul y blanca de la dinastía Ming, parecen haber sido pintadas a mano. «Esto hace que el papel pintado irradie tranquilidad». Sin embargo, las flores no aparecen solas en la pared, sino que van combinadas con formas geométricas como zarcillos con pequeños cuadros.
El eterno papel pintado de fibra gruesa se ha vuelto anticuado. «Ese tipo de papel era funcional, pero de ninguna manera algo especial», dice el diseñador Lars Contzen. «Y el papel pintado puede ser como un escenario». Es lo que también los consumidores han entendido, por lo que ha aumentado el valor del papel pintado: «Se ha convertido en expresión de la propia individualidad. En vez de servir sólo como elemento decorativo, el papel pintado es hoy un medio creativo que puede dominar un espacio», explica el diseñador, quien es considerado como pionero del papel pintado gráfico. En sus colecciones más recientes hay hojas de trébol estilizadas, por ejemplo.
Jörn Kämper, presidente del fabricante A.S. Création, ha llegado a la misma conclusión que Contzen: «Hasta hace pocos años, el papel pintado no debía llamar la atención. Ahora es todo lo contrario». Al igual que la ropa de moda, el papel pintado es un medio ya no sólo para que cumpla una función, sino que se ha convertido en un vehículo de expresión de la personalidad. Por esta razón, este fabricante de papel pintado han lanzado al mercado, junto con la marca de moda Versace, una colección con diseños opulentos para transformar espacios sencillos en escenarios glamurosos.
La colección, que se llama «Versace», muestra ornamentos fastuosos de estilo barroco en negro y dorado sobre fondos en color rojo sangre de toro o azul real. O relieves muy artísticos alternados con nobles diseños de rayas de satén, o superficies aterciopeladas combinadas con efectos metálicos. El fabricante Marburg presenta la colección de color cobre «Veneziana» con una chaise longue frente a la pared.
Sin embargo, el papel pintado ya no sirve necesariamente para cubrir toda una habitación, sino que también puede servir para crear sólo un «feature wall» o «pared exhibición». En este caso, «el papel sólo se pone en una de las paredes para crear un efecto llamativo», explica Reich. La ventaja de un «feature wall» es que el llamativo diseño no domina abrumadoramente todo el espacio, sino que luce de forma óptima al limitarse su exhibición a una sola pared.
Lo mejor es poner el papel con el llamativo diseño en una pared sin ventanas y sin armarios altos. «Para las otras paredes hay papeles pintados apropiados de un solo color», dice Reich. Sin embargo, muchos diseños también lucen bien en combinación con otros: «Una decoración de flores se puede combinar muy bien con el clásico papel pintado de anchas rayas de colores suaves»
A quien no le gusten ni las flores ni los diseños barrocos se ofrece en este y el próximo año una alternativa que también está de moda, dicen los expertos. El «shabby chic» lleva al salón el encanto de las viejas naves industriales con una interpretación moderna. Los papeles pintados que reproducen una vieja pared de hormigón son muy solicitados.
Además, están de regreso los diseños de las décadas de los 50, 60 y 70. «Después de que ya adornaran las paredes de bares gay en los últimos años, los diseños retro interpretados modernamente ahora también hacen su entrada en las viviendas», explica Reich.
No sólo los diseños presentan una gran variedad. Los papeles pintados modernos también tienen diferentes texturas. Los consumidores deberían fijarse en este aspecto cuando compran papel pintado, dice Ulrike Reich. «Uno sólo puede enamorarse de un determinado papel pintado después de haber sentido su tridimensionalidad y haber pasado los dedos por el relieve o la textura»